O·.·R·.·R·.·C·.·D·.·
Los inicios de nuestra Orden.
La Orden R+C surge debido a la necesidad de recopilar toda la Tradición Primordial en un movimiento que estuviera sintonizado, por así decirlo, con el nivel de consciencia de la humanidad durante el Siglo XIV, pero principalmente con la firme convicción de proteger y de preservar su Legado, lejos del alcance de nuestros enemigos.
Esa Tradición Primordial venía sobreviviendo a la intolerancia, ignorancia, tiranía, lo que hacía muy difícil mantener y desarrollar estos conocimientos de manera apropiada. Producto de ello algunas órdenes atravesaron por momentos muy críticos. Ante esa situación tan desafortunada, y con la firme intención de proteger a sus miembros, es que deciden (hablando simbólicamente) cambiar este “envase” del conocimiento y dar origen a una Orden que tuviera nuevas características, la que no fuera objeto de persecución, preservando así este Legado, para ello tendrían que simular algo que no levantara sospechas.
Así nace la Orden Rosacruz en 1378, y no antes como algunos pretenden. Esta es una realidad evidente cuando se analizan las claves dadas en el PRIMER MANIFIESTO DE NUESTRA ORDEN, LA FAMA FRATERNITATIS. Dicho Manifiesto es mucho más que una crónica de la fundación de la Orden.
De modo que podemos afirmar que la Orden R+C es entonces HEREDERA ESPIRITUAL de las Antiguas Escuelas de los Misterios que existieron en Egipto, Babilonia, Grecia y Roma, es decir, PRETENDE un origen en aquellas escuelas, ya que inspira y perpetúa el conocimiento de la Tradición Primordial, que a su vez es tan antiguo que se pierde en la noche de los tiempos.
Conforme pasó el tiempo durante los Siglos XVII y XVIII la Orden se expandió por diversos lugares de Europa, llegando con el tiempo inclusive a América. Nuestra orden SIEMPRE funcionó de formas muy diferentes, con nombres distintos, a veces muy pujante y en otras como pequeñas células. Cada una de estas manifestaciones de nuestra Orden Venerable expresaba en si misma las Leyes que rigen el Universo, es por eso que al desaparecer cada pequeña célula habría que esperar el Ciclo de 120 años para su DESPERTAR.
Nuestra Tradición y Linajes en particular deriva de las últimas Logias que dejaron de funcionar en el Siglo XIX en Europa.
Hoy día existen muchas agrupaciones que llevan en parte de su nombre la palabra “rosacruz”. Ello no es garantía de legitimidad, y fácilmente se puede entender este principio al observar detenidamente dichas agrupaciones. Podrá darse cuenta cómo entre algunas de ellas existen pugnas por demostrar cuál es la verdadera, la más original, la que tiene más documentos antiguos guardados, la que tiene el linaje ininterrumpido, o simplemente la que tiene el líder más carismático. Incluso algunas agrupaciones en un acto de desmedida soberbia han llegado a patentar el nombre ROSACRUZ, como si les perteneciera o como si se tratara de un producto comercial. Claro está que algunos creen que es “su producto” logrando importantes réditos.
Lo cierto es que la Orden Rosacruz, su nombre, sus enseñanzas y todo lo que involucra, no es propiedad de nadie en particular, ya que es patrimonio de la humanidad. En este sentido sólo podemos citar las palabras del Maestro Jesús, quien dijo: “por sus frutos los reconoceréis”.
De modo que la Orden de la Rosacruz acoge a TODO estudiante Rosacruz, venga de donde venga, porque reconocemos en todos esos sistemas, un deseo, un anhelo de difundir la Luz Mayor. Claro está, algunos han perdido el rumbo, pero nuestra tarea es la de ser Faros de Luz y no juzgar a otros por lo que hacen, o por lo que no hicieron.
Tenga presente que todo el que alegue pertenecer a la auténtica Orden, MIENTE, la Orden no necesita defensores, ni que alguien en particular demuestre su legitimidad, ya que la Orden R+C brilla por sí misma, y no necesariamente a través de una sola escuela, sino que puede tener diversas expresiones en este plano físico. De ese modo puede llegar a diferentes buscadores de Luz, mediante su vibración particular.
Nada se ha dejado al azar en la Orden R+C, el que tenga oídos que escuche, el que tenga ojos, que vea.